En este blog hablamos de Coaching por valores y de sus aplicaciones en nuestras áreas profesionales, que cada vez son más diversas gracias a la colaboración de todos.
Sin embargo, en el artículo de hoy, me gustaría que buceáramos en una sesión de Coaching per se. ¿Te atreves a realizar tal inmersión?
Como coach, habrás podido experimentar una y otra vez la magia que se establece durante la relación entre coach y coachee, donde la sesión pasa a ser un sistema con vida propia; pero…
¿No crees que la propia sesión de Coaching pueda contener sus propios valores inherentes?
De eso me gustaría hablarte hoy, fue algo que cruzó mi menté la semana pasada mientras mantenía una sesión con una clienta y todo vino gracias al valor de la confianza.
Sabemos que, como nos decía Simon L. Dolan:
Con la confianza no se juega
Es el valor más importante de la baraja de 55 cartas (haz clic aquí si quieres leer su entrada completa) por lo que, una vez más, dejaríamos este valor coronando la sesión.
Sería el equivalente a lo que en Coaching denominaríamos rapport, ¿verdad? Es ese sine quan non la sesión no podría dar sus frutos, pues ni el coach ni el coachee estarían en plena sintonía.
Así pues, con la confianza bien arriba en nuestra escala de valores, paso a enumerar los 5 que estarían, desde mi punto de vista, presentes en cualquier sesión de Coaching entre coach y coachee.
No los clasifico por orden de importancia, ya que para mí están todos al mismo nivel.
Índice
1. Empatía
De la importancia de esta habilidad interpersonal ahora convertida en valor ya nos hablaba Daniel Goleman, padre de la inteligencia emocional.
Sin empatía no puede darse el entendimiento en las sesiones, las dos partes necesitan de este valor (aunque la balanza se incline en mayor grado hacia el coachee).
2. Comunicación
Entendida como forma de expresión, ya que aunque a priori nos pueda resonar más la comunicación verbal, existen muchas otras manifestaciones y formas de comunicación.
Por ejemplo a través de gestos, dibujos, música, ruidos… Todas ellas habrían de integrarse en las sesiones, ya que proporcionan información muy valiosa para ambas partes.
3. Divertirse
Las sesiones han de contar con un contrapunto cómico (que no descontrolado) para que las dos partes puedan soltarse y dar lo máximo durante todo el proceso.
Si la sesión se vuelve monótona o monotemática, tanto coach como coachee perderán inevitablemente el interés, pudiendo poner en peligro su relación.
4. Pragmatismo
Nuestro famoso “para qué” y nuestro plan de acción al final de cada sesión han de estar siempre presentes. ¿Para qué?
Pues para que las sesiones sean provechosas y generen en el coachee cambios significativos en su vida que pueda poner en práctica y le lleven a tomar un paso adelante hacia la acción.
5. Respeto
Otro valor que, desde mi punto de vista, va muy de la mano de la confianza. El respeto en la sesión debería darse no solo entre los miembros sino también por el propio proceso de Coaching.
El Modelo Triaxial de la sesión
De este modo, si volcamos los valores mencionados al Modelo Triaxial de Simon L. Dolan:
- 40% de valores emocionales evolutivos
- 40% de valores económico pragmáticos
- 20% de valores ético sociales.
Es tu turno
¿Qué te ha parecido esta selección? ¿Crees que todos los valores expuestos aparecen en tus sesiones de Coaching? ¿Echas de menos alguno? ¿Utilizarías algún comodín? ¡Cuéntanoslo en los comentarios! Este artículo fue escrito por Cristina García Moratinos, certificada en CoachingxValores. Encontrarás más artículos de ella en su blog, Liderago para el cambio.