Según la OMS, el estrés es la nueva pandemia del siglo XXI: muchas personas están muriendo debido a las consecuencias ocasionadas por el estrés en nuestras vidas. Las estadísticas son muy relevantes, sin embargo, no las tomamos en cuenta y simplemente sentimos que es normal vivir todos los síntomas y signo que nos causa el estrés Muchos de estos síntomas ni tan siquiera los asociamos al estrés, les damos una explicación que nos tranquilice.
¿Sabías que 8 de cada 10 personas sufren estrés? Les afecta al sistema inmunológico, endocrinológico y neuropsicológico. Ahora bien, el más afectado es este último, pues sus consecuencias son a largo plazo y, en un determinado momento, puede conducir a la muerte. De hecho, cuando padecemos estrés, se activan glándulas que nos ponen en estado de alerta, comenzando a generar adrenalina y cortisol que nos afecta de distinta forma.
La adrenalina es una hormona que se libera en los momentos de estrés como una respuesta de lucha o huida produciendo un amento, por una parte, de la presión sanguínea y, por otra parte, de la frecuencia cardíaca. Si nuestro cuerpo está en alerta en todo momento, comenzamos a producirla en exceso y, debido a que no se libera, se acumula causando trastornos del sistema nervioso y trastornos cardiovasculares.
- Trastornos del sistema nervioso: miedo, ansiedad, dolores de cabeza, sudoración, nauseas, temblores y mareos.
- Trastornos cardiovasculares: taquicardia, palpitaciones, palidez y elevación de la presión arterial.
El cortisol es una hormona glucocorticoide (esteroide), secretada desde la glándula suprarrenal que se genera como una respuesta al miedo, se encarga de preparar el cuerpo para respuesta de huida aumentando los niveles de glucosa en sangre como fuente de energía inmediata. Si el estrés es continuo, la sobredosis de cortisol hará que se supriman muchas funciones corporales causando insomnio, depresión o ansiedad, entre otros problemas.
Cuando tenemos algunos de estos trastornos vamos al doctor para que nos receta medicinas que trate «estas enfermedades». Sin embargo, no actuamos sobre la raíz del problema. Nos resulta más fácil tomar paliativos temporales que confrontar la realidad y analizar el motivo de nuestras enfermedades, el estrés. Nos hemos acostumbrado a responsabilizar al exceso de trabajo. Algunas veces, incluso, cuando no hay una explicación lógica para nuestros síntomas y signos, nos quedamos satisfechos diciendo que es por el estrés.
¿Cuánto gastamos en medicina? Si tenemos en cuenta el coste que tiene para la empresa que yo dejo de producir, esto se convierte en un círculo vicioso. No me estoy curando, estoy disminuyendo los signos y síntomas y las consecuencias pueden ser cada vez peores. Si no cambio algo, se volverán a repetir con mayor frecuencia e intensidad.
No actuamos sobre la raíz del problema. Nos resulta más fácil tomar paliativos temporales que confrontar la realidad y analizar el motivo de nuestras enfermedades
Verónica González
El estrés más allá del trabajo
El trabajo no es la única fuente de estrés. Durante el confinamiento, la pandemia nos confrontó con nuestros mayores miedos. La familia y las relaciones familiares son fuente de estrés. Para muchos no es fácil reconocerlo, pues la familia también es soporte. La familia puede ser lo más importante, pero también debemos aprender a manejar nuestras frustraciones dentro de este torno. Porque la pandemia nos ha obligado a vivir una situación particular, convirtiendo la casa en colegio, oficina y zona de juego, compartiendo así más tiempo del habitual.
Hoy en día, mientras seguimos aprendiendo y adaptándonos a esta nueva realidad, el miedo sigue presente en todos, aunque en diferentes grados. No podemos parar nuestras vidas, tenemos que seguir adelante con todo lo que ello implica: volver a la escuela, regresar al trabajo en la oficina, salir a restaurantes, visitar centros comerciales y asistir a citas médicas, entre otras actividades. Al fin y al cabo, la vida continua.
¿Las empresas están listas para el retorno de sus trabajadores? ¿Han tomado en cuenta sus miedos y dudas? Las personas se acostumbraron a su casa/oficina y a trabajar lejos de sus compañeros. Hoy deben readaptarse a vivir y trabajar nuevamente como equipo, a compartir espacios que ya no serán exclusivos. Por lo tanto, no subestimemos el estrés y no lo tomemos a la ligera, ya que las consecuencias a futuro pueden ser devastadoras.
Ampliar o disminuir el estrés
Luego de más de 25 años de estudio, el psicólogo y creador de Coaching por Valores, Simon L. Dolan, ha desarrollado una herramienta única. Enfocada en ayudar a las personas a visualizar de forma lúdica cómo les afecta el estrés, El Mapa del Estrés ayuda a identificar cuáles son las fuentes que lo generan y cuáles son los moduladores que lo pueden amplificar o disminuir. Porque sí, existen esos filtros que pueden modificar cómo lo vivimos
El aspecto neuropsicológico es el que más afectado resulta en todo este proceso, está relacionado con la mente y, en lo casos más extremos, la persona puede tomar la decisión de acabar con su vida. La universidad John Hopkins publicó unas estadísticas sobre las principales causas externas del fallecimiento en el mundo. El 1 de enero de 2020, ya había 2.400 muertes por suicidio. El día 14 de mayo de 2020, se empezaron a equilibrar el número de muertes por COVID en el mundo con las muertes por suicidio. ¿Cuánto hemos oído hablar de COVID y cuánto de estrés?
Antes de la aparición de la COVID19, había más muertes por suicidio en el mundo que por guerras, epidemias y homicidios, más de 800.000 al año. Esto supone que hay una muerte por suicidio cada 40 segundos, y un intento de suicidio cada 2 segundos. Es una de las tres principales causas de muerte entre los jóvenes de 15 a 29 años. Por esta razón, el suicidio ha sido y es una pandemia.
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Escrito por Verónica González, life coach.