El estrés es un fenómeno muy estudiado, pero aún no se comprende a la perfección ni es fácil de diagnosticar ni combatirlo.
En este artículo vamos a ver cuáles son los aspectos clave para gestionar nuestro estrés, qué factores ayudan a reducirlo y algunas recomendaciones para combatirlo.
Índice
El estrés no se cura, pero lo podemos combatir
El estrés no se cura ni se puede eliminar por completo. De hecho, si nos esforzamos en eliminarlo a toda costa, lo único que conseguiremos será generar más estrés.
Por ello, la mejor recomendación es intentar manejarlo o controlarlo. No existe una única manera de combatir el estrés. Debemos tener mente abierta para comprender lo que nos está sucediendo y experimentar diferentes remedios para probar cuál nos funciona mejor.
Si una fórmula nos funciona para combatir nuestro estrés, adelante con ella. Si no hemos encontrado ningún remedio efectivo, sigamos buscando pautas que nos ayuden a conseguirlo.
Recomendaciones generales para combatir el estrés
A la hora de combatir nuestro estrés debemos tener en cuenta si podemos modular el estímulo que nos provoca el estrés o si podemos cambiar nuestra reacción a ese estímulo estresante, por ejemplo.
Ante una situación estresante podemos intentar:
- Disminuir las fuentes de estrés. Esto sería posible en el caso de que el estímulo estresante sea real.
- Disminuir nuestra percepción de amenaza o realizar una reconstrucción positiva de lo que nos está ocurriendo.
- Aumentar los amortiguadores. Más adelante veremos en qué consisten estos factores amortiguadores del estrés.
El estrés no se cura ni se puede eliminar por completo. De hecho, si nos esforzamos en eliminarlo a toda costa, lo único que conseguiremos será generar más estrés.
Aspectos clave para combatir el estrés
Si intentamos modular nuestra respuesta al estrés centrándonos en nuestra percepción, nuestros pensamientos y nuestra actitud, podemos identificar 3 aspectos clave.
Personalidad y actitud positiva
Tanto el optimismo como la personalidad pueden ser factores determinantes a la hora de afrontar situaciones estresantes. En general, la forma en que pensamos acerca de la vida puede afectar a nuestro nivel de estrés.
En este sentido, las preocupaciones excesivas pueden provocar un desequilibrio en nuestro estado mental y generarnos un nivel de estrés elevado.
Por ello es importante que intentemos comprender las razones por las que estamos estresados, para poder combatir la situación con las soluciones adecuadas.
Si tenemos una actitud positiva y una personalidad que nos ayuda a estar relajados, tendremos una buena predisposición ante los problemas. De esta manera tendremos más posibilidades de resolver situaciones de estrés y de mantenernos al margen de algunas enfermedades.
Otro enfoque que nos ayuda a lidiar mejor con las sorpresas y combatir el estrés es creer que la vida es imprevisible y que la mayoría de los problemas tienen una solución, ya sea fácil o difícil.
Congruencia con valores
Las investigaciones de Simon L. Dolan han demostrado la importancia de vivir en congruencia con nuestros valores básicos para evitar la aparición de estrés.
Si nuestra conducta diaria no está alineada con nuestros valores básicos, es más probable que suframos estrés, depresión o ansiedad.
Debemos intentar resolver las incongruencias entre nuestros valores fundamentales, ya que esto nos ayudará a tener una brújula clara. Nuestro sistema de valores estará bien alineado y nos protegerá frente al estrés provocado por situaciones externas. Solo las experiencias grandes y traumáticas llegarán a generarnos estrés.
Resiliencia
La resiliencia es nuestra capacidad de adaptación y recuperación ante las adversidades.
Las personas resilientes no se preocupan ni se bloquean por los fracasos, sino que reconocen la situación, aprenden de sus errores y siguen adelante.
Las personas con resiliencia también tienen algunas características en común:
- Tienen una perspectiva positiva y optimista del futuro
- Tienen metas sólidas y el deseo de lograrlas
- Son empáticas, compasivas y tienen relaciones saludables
- No se consideran a sí mismas víctimas, concentran su tiempo y energía en cambiar aquello que está bajo su control.
Es posible entrenarnos para desarrollar algunas de estas capacidades que tienen las personas resilientes y conseguir combatir nuestro estrés.
Existen 3 elementos que son esenciales para tener resiliencia:
- Desafío:
Para las personas resilientes los errores son lecciones de las que aprender y las dificultades son un desafío y una oportunidad para crecer.
- Compromiso:
Una persona resiliente está comprometida con su vida y sus metas y tiene una motivación fuerte que le hace levantarse por las mañanas. Su nivel de compromiso es elevado tanto en el trabajo como en sus relaciones personales, así como con sus creencias y causas que le importan.
- Control personal:
Si pasamos tiempo preocupándonos por eventos incontrolables, corremos el riesgo de sentirnos perdidos, impotentes y estresados.
Es preferible que dediquemos nuestro tiempo y energía a situaciones que podemos controlar, lo que a su vez nos ayudará a sentirnos más empoderados y confiados. Esto es lo que hacen las personas resilientes.
Factores amortiguadores del estrés que nos ayudan a combatirlo
Existen algunos factores que nos ayudan a moderar o reducir nuestro estrés, gracias a la mediación entre la situación estresante y las consecuencias con respecto a salud y calidad de vida.
En esta línea, podemos identificar 4 factores amortiguadores del estrés:
- Autonomía
La autonomía es nuestra libertad para decidir cómo actuar en cada momento. Cuanto mayor sea nuestra libertad, menor riesgo de padecer estrés.
- Control
Tener el control de la situación nos ayuda a tener mayor salud emocional y física. Asimismo, la percepción de tener control se asocia a un nivel de estrés menor.
- Autoeficacia
La autoeficacia es la creencia en nuestra propia capacidad para modificar o controlar nuestra conducta y las situaciones. A mayor autoeficacia, mayor capacidad para combatir nuestro estrés.
- Apoyo social
El apoyo social es la percepción sobre si tenemos o no relaciones sociales de calidad para afrontar las dificultades de la vida.
La falta de apoyo social se relaciona con mayor riesgo de enfermar y mayor dificultad para recuperarse de las enfermedades.
El apoyo familiar, de amigos o compañeros de trabajo es el amortiguador de estrés más importante que existe.
Dentro del apoyo social podemos identificar 5 tipos:
- Emocional
- Material
- De consejo
- Físico
- De participación social
Para finalizar, es recomendable que pongamos en práctica técnicas de control del estrés en cuanto detectemos los primeros síntomas, con el fin de poderlo combatir.
Sin embargo, si no tenemos los recursos necesarios para afrontar los eventos de nuestra vida de forma positiva, deberemos consultar con profesionales de la salud.
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