Ni se te ocurra utilizar una lista de valores

Cuando me estaba certificando como coach, mi profesor insistía una y otra vez en la importancia de trabajar con valores en todos los procesos de coaching.

De hecho, a mí me ayudaron. Paralelamente a la formación, realicé un proceso de coaching con Hernán Cerna, mi maestro, y los resultados fueron extraordinarios.

Aquello me impactó tanto que todavía conservo en mi perfil de Facebook el collage que creé con las imágenes que me sugerían mis 3 valores más importantes.

Aquí está…

Estaba decidido: yo tenía que hacer lo mismo en mis procesos de coaching.

Empecé mis primeras sesiones valiéndome de una lista de valores.

Le proponía a mi cliente que seleccionara los que consideraba importantes.

Pero… Sentía que aquello era insuficiente.

Tenía la sospecha de que aquella lista me estaba haciendo un flaco favor.

Vaya, así empecé a pensarlo cuando miraba al reloj.

Las sesiones cada vez eran más largas. Demasiado tiempo para pocos resultados.

Todo cambió cuando descubrí la herramienta El Valor de los Valores.

¿A quién no le gusta jugar?

Ya lo decía Platón…

Se puede descubrir más de una persona en una hora de juego que tras un año de conversación.

Platón

A partir de aquél momento, empecé a conseguir que los clientes alcanzarán reflexiones profundas sobre qué les importa de verdad en su vida.

Entonces, al final de cada sesión sobrevolaba la sensación de haber descubierto algo muy importante acerca del cliente.

Valga como prueba que, en la encuesta que respondían al final del proceso de coaching, aseguraban que la sesión que más recordaban era la de valores.

Con la perspectiva y la experiencia de más de 1.400 horas de coaching, entiendo que hay 3 razones para dejar a un lado la popular lista de valores.

1# La lista de valores es aburrida

La gente necesita ser sorprendida.

En cambio, cuando sacas una lista y le dices al cliente que dibuje una cruz en los valores más importantes, eliminas de un plumazo la creatividad.

Piénsalo bien… Cuando piensas en jugar, ¿qué te viene a la mente?

Probablemente sean las palabras diversión, pasarlo bien.

2# Las listas de valores marginan la creatividad

Las listas de valores sólo activan el hemisferio izquierdo de las personas, aquella parte del cerebro ligada a la racionalidad.

En cambio, cuando utilizas unas cartas de valores en las que hay imágenes, estimulas el hemisferio derecho. Y en él predomina la creatividad.

Pero… ¿Acaso tener en cuenta el hemisferio derecho es tan importante?

En los últimos años, científicos y psicólogos han descubierto la existencia de un mecanismo que nos permite tomar decisiones intuitivas en sólo unos segundos.

Timothy D. Wilson es un profesor de psicología de la Universidad de Virginia y autor del libro Strangers to Ourselves: Discovering the Adaptive Unconscious.

De acuerdo con sus investigaciones, el inconsciente adaptable es un proceso mental inaccesible a la consciencia que influye en la toma de decisiones.

Por lo tanto, si sólo activas el hemisferio izquierdo, el cliente no podrá acceder a la parte inconsciente que toma juego en sus elecciones…

3# Las listas son previsibles

Una lista es una enumeración de opciones limitada.

Con una lista de valores facilitas que el cliente elija lo que cree que es mejor en lugar de lo que realmente le gustaría que fuese.

Es decir, abres la puerta al autoengaño.

La previsibilidad también perjudica a coaches, psicólogos y terapeutas. Un cliente con una idea predefinida tendrá más dificultades para avanzar.

Tu turno

Hasta ahora he argumentado por qué creo que no debes utilizar una lista de valores. ¿Cómo lo ves tú?