Caso de éxito Estudiantes del instituto de formación docente

Este artículo ha sido escrito por:

Facundo H. Viliani, Licenciado en didáctica de la Matemática, Coach Ontológico y corporal, coach educativo, Diplomado en educación emocional y familia, Certificado en CoachingxValores, y actualmente cursando el nivel Experto y es el resultado de la aplicación práctica de lo aprendido en CoachingxValores.

Como docente por más de 20 años y trabajando en distintas instituciones de educación del nivel medio y superior de gestión estatal y privada puedo decir, que la mirada del educador en la formación de los estudiantes y su futuro rol docente es fundamental para generar vínculos y valores en estos estudiantes logrando aprendizajes significativos y relaciones asertivas entre docente, aprendizaje y estudiante.

Desde mi experiencia personal lo pude vivir en primera persona. La mirada de un docente formador en mi etapa de estudiante como docente, quien creyó en mí, me dio confianza, incremento mi autoestima desde su reconocimiento y sobre todo me inspiró a buscar lo mejor que tenía en mi como mediador entre los conocimientos que tenía y el poder transmitirlos a mis estudiantes.

Hasta ese momento no podía identificar qué fue lo que me dejó, pero sí pude intuir que el paso de este docente en mi vida quedaría marcado como un sello.

Hoy me encuentro sumando a mi carrera el coaching y específicamente en el 2019 mi Certificación en Coaching por Valores de la mano de Daniela Vatti. A partir de ahí otro mundo arrancó en mi etapa formativa. Pude identificar los valores que este docente del que os he hablado dejó en mí: CONFIANZA, AUTOESTIMA, CREATIVIDAD Y RESPETO. A partir de ahí, me empezaron a surgir ideas y formas de incluir en la didáctica este mundo de valores.

Comprendí la importancia de trabajar en nuestros espacios los valores, gracias a los cuales nos comprometemos al cambio, en aulas, formación de profesores,  el equipo de conducción de instituciones y padres, para así generar un clima y una cultura de valores compartidos y alineados con sus objetivos, su misión y su visión.

Como dice Ani Páez , Experta en Coaching por Valores y certificada en Educación por Valores “Otra educación es posible”; una educación donde la transformación será posible con una mirada en el aula desarrollando habilidades blandas, basada en valores donde la mirada hacia nuestro interior como estudiantes, docentes, personal dentro de instituciones educativas y junto a los padres podamos vivirlos y alinearlos en esta cultura”.

Desde esta mirada me propuse ponerlo en práctica en diferentes ámbitos de la educación.

Quise compartir esta mirada y mi experiencia con estudiantes de la formación docente en su último año de residencia ya, casi futuros colegas.

Esto fue lo que hicimos y su resultado:

Primer encuentro

Definiendo el “para qué”

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Nos predispusimos a conversar sobre los valores, como se transmiten en el aula y cuáles eran los valores que ellos querían transmitir como docentes a sus estudiantes.

Esto los llevó a preguntarse primero cuales eran sus valores, cuáles eran los que ellos habitaban y más aún a reflexionar cuantas veces los vivimos en forma inconsciente sin prestar atención a que estos marcan muchas de nuestras decisiones en nuestra vida.

De estas conversaciones en común pudimos identificar para qué es importante tenerlos presentes y como convivimos muchas veces con ellos en la toma de decisiones: desde nuestra actividad en el aula al modo de comunicarnos y percibir nuestra vida.

Todo esto nos llevó a la primera gran conclusión:

“Los valores trascienden en relaciones fuera del contexto educación.”

Realizamos actividades, donde el foco era poner en palabras y compartir experiencias de nuestros valores y como ellos marcan el rumbo de las decisiones áulicas en común.

Segundo encuentro

Tomando contacto con un valor fundamental

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Este valor, como no puede ser de otra manera, es El Valor de los Valores: “La Confianza”.

Creamos un espacio donde el cuerpo fue nuestra principal herramienta, realizamos trabajos en equipo donde cada uno tenía una forma de comunicar las tareas y ahí otra vez encontramos la importancia de valores como la Comunicación y el Respeto, o la Planificación como medio para optimizar tareas.

Este segundo encuentro generó espacios de reflexión y otras maneras de encontrarse, ya no solo desde el espacio de compartir una cátedra de su formación, sino que aparecieron emociones y reconocimientos individuales y grupales.

El eje estaba puesto en la importancia de mirarnos y reconocer en el otro junto a los valores del Respeto y la Empatía las necesidades y el rol fundamental que tenemos como docentes y generadores de estos contextos de confianza para fortalecer los vínculos y relaciones. Para, desde ahí, poder proponer actividades áulicas y que se convierta en un espacio de disfrute y diversión cargado de aprendizaje

Si es verdad que estos espacios son poco comunes en la formación del docente, donde aún el eje está puesto en lo académico y formal y, desde mi propia experiencia, creo que son ricos estos espacios lúdicos que nos conectan desde la escucha activa, la empatía y la generosidad de mirarnos generando ese vínculo tan importante entre seres humanos.

Este tercer encuentro, fue pensado como cierre a los encuentros previos, donde asistieron aspirantes a docentes de nivel primario y nivel inicial, que antes desde sus aulas habían trabajado lo aprendido en los encuentros anteriores.

La idea fue cambiarlos de contexto y jerarquizar el trabajo para volcarlo en posteriores clases con sus alumnos.

Los estudiantes de formación docente se comprometieron y asistieron un día de fin de semana a trabajar los valores.

En primera instancia, pusimos los motores en marcha y con dinámicas pusimos el cuerpo a trabajar y compartir una jornada donde la imaginación, curiosidad y responsabilidad eran el eje.

Nos dividimos en islas, esta selección salió de un juego al azar, ello generó la integración entre los estudiantes de las dos carreras de formación docente (primario e inicial) y habilitó el espacio para que se conocieran y se enriquezca la actividad.

Una vez separado en islas comienza el viaje a mirar y les llevé a reflexionar sobre sus valores, los que quieren dejar como huella en sus  clases a los estudiantes.

Se les entregó un juego de cartas “El Valor de los Valores” para identificar qué valores (Economico-Pragmatico, Ético –Sociales o Emocionales) junto a una plantilla donde enumeraron sus 5 valores fundamentales, donde la completaron  y en una puesta en común pudieron reflexionar y compartir sus valores.

Luego en una segunda actividad los jerarquizaron y pusieron el grado de satisfacción actual en cada uno de los valores elegidos.

Algunas de las actividades de reflexión y propuesta fueron:

  1. Armar una cartelera de valores semanales y tomarnos 10 minutos para reflexionar sobre ellos.
  2. Cuaderno viajero: un estudiante lleva el cuaderno con un valor y lo comparte con su familia y se le invita a que deje un mensaje de ese valor conjuntamente con su entorno familiar.
  3. Acuerdos de convivencia dentro del aula eligiendo los valores que van a honrar ese año escolar.

Hay un mundo de posibilidades para llevar los valores al aula y trascender a espacios y contexto de familias, generar actividades extra escolares con los clubes donde los niños practiquen deportes, actividades artísticas, etc.

Se generaron muchas propuestas y lo más rico de la experiencia es lo que aprendí yo y sigo aprendiendo: que desde la mirada amorosa y los valores se pueden generar contextos de posibilidades acompañando las emociones, fomentando los vínculos para estar habitando en plenitud dentro de los contextos escolares.

Como dice Simon L Dolan en su libro Más Coaching por valores ,

“Educar en valores, entonces significa extender el alcance de la educación de manera que no se limite a la enseñanza y el aprendizaje de materias, habilidades y temarios, planteándose metas relacionados con el ámbito moral y el civismo, con el objetivo final de formar ciudadanos responsables, A través de la educación en valores, se intenta potenciar y afianzar una cultura y una forma de ser y comportarse basadas en el respeto a los demás, la inclusión y las ideas democráticas solidarias.”

Gracias a mi profesor de la formación docente que vio en mi posibilidades que yo no veía. Gracias a él pude despertar y confiar en mí, en la búsqueda de mi camino con el solo objetivo de seguir ayudando a despertar corazones en la mirada de los otros.

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