La importancia de emprender desde los valores

Los valores nos ofrecen una visión de nosotros mismos muy completa. En el momento que conoces los tuyos propios, comienzas a ponerle sentido a todas esas decisiones y vivencias que antes no llegabas a entender por qué se producían.

Los valores dan respuesta al para qué, al objetivo oculto tras tus decisiones. Y digo oculto porque la mayoría de las veces tomamos decisiones sin ser conscientes de ello o sin pararnos a reflexionar realmente qué queremos conseguir.

El entorno actual es tan cambiante, hay tantas oportunidades de hacer las cosas de una forma u otra, que para conocer la respuesta resulta esencial hacerse la pregunta:

¿Para qué emprendes?

Cada persona tendrá sus propios motivos; puede ser para innovar, conseguir libertad, para ganar dinero o cualquier otra razón. Todas igualmente válidas.

El para qué del emprendedor estará definido por los valores que tiene; familia, libertad, amigos, innovación, respeto al medio ambiente, determinación…

La respuesta a esta pregunta esencial te dará la razón de tu negocio. Y tiene que ver completamente con el emprendedor.

Emprender es algo muy íntimo. Al fin y al cabo, le vas a poner cuerpo y alma a tu idea de negocio. Vas a resolver un problema que has vivido en ti mismo o muy de cerca.

Sin conocer tus valores, corres el riesgo de que el alma de tu empresa no tenga nada que ver con la tuya y entonces… ¿crearías una empresa en la que tú mismo no querrías trabajar?

Los valores de tu modelo de negocio

Además de tus propios valores, tu modelo de negocio es la suma de:

  • Los valores de tus clientes
  • Los valores de tus productos
  • Los valores de empresa

Los valores del emprendedor

Como decía antes, éstos son la base de tu negocio; su esencia. Es la parte de ti que pones al servicio de los demás y a partir de la cual vas a construir las otras patas de tu modelo de negocio.

Tus valores como emprendedor marcarán la forma en la que vas a trabajar y a dar forma a tu idea. Recuerda que es tu “para qué”. Y tenerlos presentes en todo momento te ayudará a mantener el foco en lo que es importante para ti y a construir un modelo de negocio con el que te sientas cómodo.

También te dará pistas sobre qué socios buscar. Aliarte con gente que te complemente marcará una gran diferencia y te permitirá llegar mucho más lejos. 

Por ejemplo, si eres una persona muy orientada a resultados (económico pragmático), aliarte con alguien orientado a las personas (ético-social) te servirá para no perder de vista esa parte de tu negocio de contribución a los demás resolviendo un problema concreto. O por el contrario, si eres tú esa persona que entregaría su producto a los demás de forma casi gratuita, es bueno contar con una persona que equilibre buscando los ingresos que tu negocio necesita.

No hay un modelo de valores mejor que otro. Lo importante es el equilibrio.

 

Los valores del cliente

Como cliente, cuando tomas la decisión de comprar algo, lo haces de forma inconsciente (la mayoría de las veces) para satisfacer la necesidad generada por uno o varios de tus valores.

Por ejemplo, comprar tecnología puede ser porque uno de tus valores sea la innovación. O la compra de un coche puede estar generada por la necesidad de tener libertad.

Así pues, cuando tus potenciales clientes tengan que tomar la decisión de comprarte o no, lo que van a hacer es chequear de forma inconsciente con sus valores si tu producto los satisface o no.

Es, por tanto, clave para el éxito de tu modelo de negocio el pensar desde el inicio en los valores de tu cliente.

A través de la metodología de EmprenderXValores, puedes definir a tu cliente ideal utilizando sus valores fundamentales, de forma que éstos sean la base para diseñar tu propuesta de valor y tu producto.

Los valores del producto

Una vez que conoces los valores de tus clientes, es cuando realmente puedes ofrecerles lo que tiene valor para ellos. Y esta es la clave del éxito.

Compramos por valores, aunque no seamos conscientes de ello. El ejemplo más claro de esto, son los productos ecológicos que cada vez están más demandados. Son más caros que los productos normales, pero ahí fuera hay mucha gente decidida a pagar ese plus por su conciencia con el medioambiental (es decir, por uno de sus valores).

Llegados a este punto, tienes la capacidad de diseñar una propuesta de valor para tu negocio en dos líneas:

  • Potenciar esos valores que ya tiene el cliente y que son fundamentales para él.
  • Añadir los valores que necesita el cliente para equilibrar su modelo.

Por ejemplo, es posible que tu cliente necesite añadir a su modelo el valor de la planificación y a la vez potenciar el valor de las relaciones familiares. Con una app que le permita organizarse bien puede ganar tiempo para pasarlo con su familia. Esta propuesta es diferente de alguien que lo que busca es únicamente diversión, porque quizá no le interese esa parte de planificación.

Todo va a depender de los valores de tu cliente.

 

Los valores de empresa

Los valores de tu empresa será la suma de los valores de todas las personas que formen parte de ella. Es lo que definirá la cultura de empresa.

Puedes tener un producto muy bueno, que si tus empleados no transmiten correctamente los valores del producto y de la empresa, tus clientes van a percibir una incoherencia que se traducirá en la fuga del cliente.

Resulta muy importante para tu modelo de negocio es tener claro desde el principio cuales son los valores que tu empresa quiere transmitir y que estén alineados con los de tus clientes, tu producto y los tuyos propios.

A partir de ahí, podrás crear los procedimientos y definir los procesos que vayan acorde a esta cultura.

Y cuanto antes mejor. Es mucho más fácil hacerlo cuando todavía sois pocos en la empresa que cuando ya se trata de una gran compañía. Igualmente se puede hacer, pero el tiempo y coste necesario son mucho más reducidos.

Sin embargo, este suele ser un aspecto que se descuida mucho cuando se crea una nueva empresa y no se le presta la merecida atención hasta que no surgen los primeros problemas. En tu mano está evitarlo desde el principio.

El punto de partida de tu modelo de negocio

Una vez que hayas trabajado todo lo anterior, estarás mucho más cerca de diseñar un modelo de negocio sostenible y de éxito. Y desde luego, tendrás una gran ventaja frente a otras personas que no se han detenido tanto a pensar en sus futuros clientes.

Por supuesto, en tu mano queda comprobar todas estas hipótesis de tu modelo y verificar con clientes “reales” que has entendido correctamente sus valores y necesidades. Y en caso de que lo necesites, realizar los ajustes necesarios.

Es lo que se denomina “co-creación”. La co-creación te permite ir definiendo tu producto/servicio poco a poco, junto con tus futuros clientes. Éstos se vuelven una parte clave del proceso de desarrollo de tu modelo de negocio minimizando el riesgo de equivocarte y de tener que tirar el trabajo a la basura.

Emprender desde los valores alinea tus propios valores, los de tus futuros clientes y los de tu empresa para crear un producto de valor único que resuelva sus problemas.

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